

ALTAR DE MUERTOS
La muerte en la cultura mixteca, no representa el final de la vida, sino el inicio del camino a una nueva forma de existir junto a los dioses.
Por todo esto se realizaban ceremonias, siendo la más importante la Festividad del día de Muertos, la cual tiene un gran pasado prehispánico que después también se conjugó con la herencia española.
La ofrenda indígena se remonta a 1800 a.C. y consistía en sepultar a los muertos con ofrendas específicas. En 1500 a.C. los pueblos sepultaban a los cadáveres acompañados con ricas ofrendas de cerámica, alimentos y utensilios personales. S creía que los muertos continuarían viviendo en otro modo y los utensilios les serían útiles en su viaje al Mictlán o que servirían como ofrenda para Mictlantecuhtli, dios de la muerte.
La Festividad de Muertos está vinculada con el calendario agrícola prehispánico, porque es la única fiesta que se celebra cuando iniciaba la recolección y la cosecha. Era el primer “gran banquete” después de tener una temporada de escasez y se compartía hasta con los muertos. Esto a su vez tenía una relación con los ciclos: Siembra-Cosecha y Vida-Muerte.
Con la conquista, llega el cristianismo y las ofrendas adoptan nuevos elementos como: santos, Cristos, algunas frutas que no existían en América, entre otras cosas.
Con el paso del tiempo se han incluido nuevos elementos y también varía el tipo de altar y la celebración que se hace en esta festividad, dependiendo de ciertas regiones de la República Mexicana, sin embrago hay algunos elementos que son imprescindibles dentro de una ofrenda.
LA OFRENDA
El agua: Representa la fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen o sacien su sed después de su largo recorrido, además de que con esta se fortalece y tiene energía para el camino de regreso. En algunas culturas representa la pureza del alma.
La sal: Es un elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
Velas y veladoras: Los antiguos mexicanos utilizaban rajas de ocote. En la actualidad se usa el cirio en sus diferentes formas: velas, veladoras o ceras. La flama que producen significa “la luz”, la fe, la esperanza. Su flama titilante sirve como guía para que las ánimas puedan ver mejor su camino, llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada. Se dice que el cirio representa el alma sola. Así mismo, las llamas representan la ascensión del espíritu.
El copal: era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Una fragancia que es un signo de reverencia. Se dice que se utiliza para limpiar el lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro. También que el humo de éste simboliza el paso de la vida a la muerte.
Las flores: Son la bienvenida para el alma. Tienen un significado dependiendo del color.
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Flor blanca: Representa el cielo.
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Flor amarilla: La tierra.
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Flor morada: El luto.
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Flor roja (mano de león): la sangre de Cristo y la resurrección, así como la vida humana y animal.
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Flor blanca (alhelí y nube): La pureza. Se utiliza más para las ánimas de los niños
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Flor de cempasúchil: Es una flor tradicional de muertos, por su color amarillo/anaranjado representa la fuerza de la luz del sol y de la vida. También puede simbolizar la tristeza.
Caminos de pétalos: En muchos lugares del país se acostumbra poner un camino de pétalos, por lo general con la flor de cempasúchil deshojada, desde la puerta de la entrada hasta el Altar que sirven para guiar al difunto del camposanto a la ofrenda y viceversa. Representa así el camino del que traza la ruta a las ánimas, que por su olor y su color encendido como el sol sirve para iluminar y orientar el alma del muerto para que no se extravíe.
El pan: Es un símbolo que funge como un ofrecimiento fraternal. La iglesia lo presenta como el “Cuerpo de Cristo”. Recuerda el alma del difunto y simboliza toda una tradición. Es un pan que se elabora en distintas regiones del país especialmente para esta Festividad.
La pieza tiene forma redonda, para simbolizar una tumba; el núcleo en la parte superior, representa la base del cráneo, los adornos laterales, los huesos de las extremidades, y es adornado con azúcar, a veces también el azúcar es de algún color que tenga una representación especial.
Para el Altar se elabora un pan en pieza pequeña que es destinado sólo para el muerto.
Retrato o fotografía del muerto: La persona a quien se dedica el tributo y quien nos visitará.
Imágenes religiosas: De santos de la devoción, tanto del difunto como de la familia. Se colocan para que sirvan como medio de interrelación entre muertos y vivos, ya que en el altar son sinónimos de las buenas relaciones sociales. Además simbolizan la paz en el hogar y la firme aceptación de compartir los alimentos.
El platillo o la comida favorita: tiene por objeto deleitar al ánima que nos visita.
Bebidas como chocolate, atole y café: Son parte de las bebidas tradicionales que los vivos acostumbran tomar en estos días y se comparte con el muerto. La tradición prehispánica dice que los invitados tomaban chocolate preparado con el agua que usaba el difunto para bañarse, de esta manera que los visitantes se impregnaban de la esencia del difunto.
Las calaveras de dulce: Los pueblos mesoamericanos tenían presente el
símbolo de la calavera como un recordatorio de la muerte como parte del
proceso de vivir y no representaba para ellos algo que les causará terror, sino
más bien reverencia y respeto.
En estos tiempos es considerada como una artesanía tradicional mexicana.
Se acostumbra poner en el Altar con el nombre del difunto frente al cráneo.
Actualmente hay también de amaranto y chocolate y se elaboran en varios tamaños.
Bebidas y cigarros: Es para las ánimas que en vida gustaron de las “bebidas espirituosas” y/o cigarros. Le dan el gusto de tomarse un buen trago y echarse un buen tabaco.
Papel picado: Es un adorno que da colorido y representa la alegría de vivir. En color morado representa el luto cristiano, al igual que el rosa oscuro y el naranja representa el luto azteca. El negro hace referencia al Mictlán, el sitio de los muertos.
“Entierritos” o figuras con la forma de esqueleto: Antiguamente eran mucho más conocidos los “entierritos” que eran representaciones de figuras humanas cuyas cabezas eran garbanzos y con el traje de papel negro, simulando al difunto y a los padres de este, quienes eran los que se encargaban de llevar los cadáveres al camposanto.
En estos días se usan para dar un toque humorístico dentro del Altar.
Las frutas naturales y las frutas en dulce: Es la forma en que la ofrenda brinda naturaleza. Aligual que la comida es para que los difuntos degusten y saboreen los olores de a misma.
Niveles en el altar: Antiguamente se utilizaban tres niveles en donde todo se iba acomodando toda la ofrenda, con la llegada de los españoles estos tres niveles representan la triada del cristianismo: Padre, Hijo y Espíritu Santo. En estos tiempos se usan hasta siete niveles que son representativos de acuerdo a la entidad en donde se realiza la ofrenda
Juguetes y dulces: Generalmente se pone para los “difuntitos”, que se sabe que los dulces le gustaron y los juguetes para que estas almas tengan con que jugar y se puedan divertís más durante el tiempo que van a acompañar a sus vivos.
Arcos de caña o flores: El arco habla del deseo de quienes viven en la tierra de unirse a los que habitan en el cielo, a los que ya no morirán otra vez.
CONCLUSIÓN
La Festividad de Muertos es una manera de honrar nuestras tradiciones, la ofrenda nos sirve para recordar a la gente que se nos adelantó en el camino y a la vez es la forma de saber desde una parte muy interna de nuestro ser o incluso genéticamente que la muerte sólo es un paso más en nuestra existencia y los que se han ido ya nos llevan una ventaja en este camino evolutivo.
Desde mi punto de vista la Muerte debería seguir siendo una fiesta, es dolorosa por el hecho de ya no ver a la persona que amamos, sin embargo antes de los españoles, era la creencia que tenía nuestros antepasados. Aún en estos días queda un poco de esa esencia en donde se festeja, pero se sufre mucho la muerte de alguien y eso también es una cuestión de cultura.
Por lo menos, nacionalmente deberíamos mantener esta creencia de que el morir es renacer de cierta forma. Tal vez no es cierto, pero si los españoles nos enseñaron muchas cosas y las adoptamos, en una pequeña porción podríamos tomar algo de nuestro pasado y raices en donde también podríamos creer o tomar pensamientos o creencias y no por que no se lleve a cabo, me queda claro que estamos mestizados, pero por desgracia ya no se toma en cuenta muchas de nuestras costumbres y se toman costumbre de otros lugares, un claro ejemplo: el Halloween.
